Imágen histórica del "Circulo Amigos del
Tango" de Bahía Blanca y sus fundadores recobrada desde el arcón de los
recuerdos por nuestro amigo Pipo Palacios.
El primero a la izquierda, (de pié) es el gran
Américo "Coco" Braschi [1], a su lado el hijo de Ricardo Ruggiero (pianista) [2] y Carahiolo, un gran amigo de todos y tanguero. Abajo, sentados Héctor "el Gordo" Ferri, cantante,
el maestro bandoneonista Aníbal Vitali [3] y a su lado Victor Palacios, padre de
Pipo y poseedor de una de las colecciones más grandes de discos originales de
pasta de Carlos Gardel (más de 1200 ejemplares)[4]. En el extremo derecho,
de pie, se encuentra Norberto Degoas [5] y sentado debajo, en el mismo extremo
Nicolás Tauro [6], gran bandoneonista. En el centro de la escena podemos ver a la
cantante Mercedes Simone y parado tras ella el inconfundible Roberto Rufino.
Este grupo de pioneros, todos tangueros de ley, solían
reunirse cada semana a cenar en el Gran Grill, restaurante muy popular de la
ciudad que estaba ubicado en calle San Martín al lado de Galerías Plaza.
Según una nota publicada el domingo 13 de enero de 2013, hace 46
años, en enero de 1967, se realizó, en el estadio del club Estudiantes, un
calificado "Festival del tango", en homenaje a Carlos Di Sarli, el
talentoso músico y compositor bahiense organizado por el Círculo Amigos del Tango local.
Al
cumplirse el séptimo aniversario de su desaparición física se
realizaron una serie de eventos, entre ellos el mencionado festival.
Los actos conmemorativos se iniciaron a las 8.30,
con una misa celebrada en la Catedral, a la cual concurrieron, además de
allegados y admiradores del músico, su señora viuda e hijas.
Cerca del mediodía, se impuso su nombre a una plazoleta ubicada en avenida
Urquiza. Por último, a las 22, comenzó el festival, con la participación
estelar de Mercedes Simone y Roberto Rufino, además de valores locales como
Nicolás Tauro y su orquesta (con la voz de Roberto Alsina), Víctor Alarcón y su
Conjunto de Vanguardia, Alberto Randall y el sexteto de Aníbal Vitali, con la
voz de Gloria Díaz.
Un merecido homenaje a uno de los artistas más
influyentes en la historia del tango, autor del hermosísimo tango Bahía
Blanca.
[1] Apasionado del tango, de Villa Mitre y Deportivo
Whitense, Américo Brashi le dedicó toda su vida a la fotografía, siendo un pionero
de nuestra ciudad en la materia y cuya empresa familiar supera los 80 años.
Además de fotógrafo, Coco era compositor e
intérprete de música y miembro de SADAIC. Estudió, de joven, abogacía en Buenos
Aires y se desempeñó como profesor de fotografía en escuelas medias de Bahía
Blanca y Monte Hermoso.
Había nacido el 6 de junio de 1933, en Rivadavia y
Garibaldi, en plena "ciudad" de Villa Mitre y a media cuadra de la
iglesia de La Medalla Milagrosa, de la cual era devoto.
Además de la cámara de fotos y su familia, Coco
tenía otras pasiones: Deportivo Whitense, del cual fue presidente, y Villa
Mitre, donde fue vice.
Para su colega Omar Morán, fue un bohemio, un
enamorado del tango "y nos unía, además de la profesión, la pasión enferma
que tenemos por Villa Mitre. ¿Sabían que la tapa del primer disco de Goyeneche
la hizo Coco en su estudio?".
[2] En 1951 Carlos Amado formó la
Orquesta de LU2. Le pidieron una orquesta que tocara como la de D´Arienzo y el
Maestro Amado aceptó sin demasiada convicción; cantaba Jorge Arévalo al estilo
de Alberto Echagüe. La orquesta, con esa característica, se hizo muy popular.
Pasó luego a LU3, donde sus actuaciones fueron muy exitosas, para en 1955
volver a LU2. La voz femenina era la señora Olga Miranda (Olga Cela). Por la
orquesta del Maestro Carlos Amado pasaron los mejores músicos de la ciudad,
como Alberto Guala, José Balda, Tomás Blanco, Danilo Cenci, Casto y Jorge
González, Avelino Prícolo, Pablo Persia, Aníbal Vitali, Luis Bonnat y Ricardo
Ruggiero. Cuenta Eugenio Persia (hijo de uno de los famosos Hermanos Persia de Bahía Blanca) que Polito -el pianista de J. Darienzo- le enviaba a Ruggiero las partituras aprovechando
la similitud de estilos.
[3] Anibal Vitali nació el 30 de diciembre de 1924. Sus
comienzos musicales le llegan desde su mismo ámbito familiar, ya que su abuelo
paterno enseñaba música en el Colegio La Piedad.
.
A los diez u once años su papá le compró en treinta
pesos su primer bandoneón Doble A, de color rojo, iniciando sus estudios con
don Juan Pugliese, quien le impartió las primeras lecciones y al poco tiempo lo
hizo con el profesor de bandoneón, teoría y solfeo, maestro Olivo Parcaroli.
Más adelante los continuó con los maestros Pedro Buscarini y Marcelo Tomassini.
Y también adquirió sólidos conocimientos de piano, guitarra y violoncello con
el maestro Rodolfo Bagnatti
Debutó a los quince años en el desaparecido bar
Costa Rica, integrando un conjunto de mujeres. Reemplazaba a la bandoneonista y
por su trabajo le pagaban nueve pesos diarios. Poco a poco fue integrando tríos
y cuartetos de tango, para tocar en bailes de clubes y en LU2 Radio Bahía
Blanca. El cantor era Tito Dávila. Actuó con Avelino Príccolo, Héctor Silva,
Carlos Amado y Luis Bonnat, entre otros. Hasta que formó sus propios grupos
para amenizar bailes dentro y fuera de la ciudad. También realizó una gira por
Chile, integrando la orquesta de Augusto Gothier, que fuera el segundo
vocalista de Osvaldo Pugliese. Viajó con el violinista Ricardo Alday, también
bahiense.
Luego vino su acercamiento a Antonio Ríos, lo que
le sirvió para ratificar su idea de que había que estudiar seriamente el
bandoneón para ejecutar muy bien la música que le interesaba.
Tocó en Radio Splendid de Buenos Aires con la
orquesta de Zabalita. Volvió a Bahía Blanca, donde actuó en el famoso y
desaparecido Tronío. El cantor era nada más ni nada menos que Jorge Maciel.
Acompañó a Francisco Fiorentino, a Mercedes Simone, a Charlo, a Hugo del
Carril, a Alberto Marino, a Guillermito Fernández, a Claudio Bergé y a muchos
otros. Sus autores preferidos han sido Juan Carlos Cobián, Aníbal Troilo y
Ástor Piazzolla. También con su bandoneón Vitali ha acompañado a voces tan
diferentes como las de Roberto Achával, Héctor Ferri y Gloria Díaz.
Es autor de más de 40 composiciones.
[4] El hogar
de Víctor Palacios era el templo de Gardel. Todo allí hablaba de Gardel. La voz
del zorzal formaba parte cotidiana de la familia. La colección de discos de
pasta era una especie de tesoro sagrado que Víctor custodiaba tesoneramente a
resguardo de cualquier profanación.
“Todo en mi casa evocaba a Gardel: el ambiente, el
sonido, los libros, las revistas. Nada de lo que Gardel había hecho en su vida
era ajeno a mi viejo. Conocía cada tema, cuándo lo había grabado, quiénes eran
los guitarristas. Tenía grabaciones que Gardel había registrado para sus amigos
y otras, raras, cantadas en italiano, en francés, en inglés...”, comenta Pipo,
su hijo.
"A mí, Gardel me resultaba indiferente. Hasta
hoy. Pero... yo tenía un Fiat 600. Un día lo dejé estacionado en la puerta y,
cuando fui a buscarlo, ya no estaba. Desconsolado, se lo comenté a mi viejo y
él me respondió: Quedate tranquilo... Gardel te lo va a encontrar. Y encendió
una vela ante el cuadro de Gardel. A las seis de la mañana me llamaron de la
policía para avisarme que habían encontrado el auto, abandonado... ¿Una
casualidad? Desde entonces miré con cierto respeto a Gardel... por las
dudas...".
La colección de
Carlos Gardel continúa intacta en la casa paterna de Pipo. Está considerada
"entre las tres más completas del mundo" en lo que se refiere al
Zorzal Criollo.
[5] Norbert Degoas vive actualmente
en Mar del Plata y es, según Palacios, el mejor animador que hubo en la ciudad.
“Triunfó en la cadena Univisión de los Angeles durante 8 años consecutivos y lo
deportaron porque tenía record de infracciones de tránsito (más de 200)”,
comenta Pipo entre risas. “Degoas es bahiense y sigue laburando en Mar del
Plata, grabando avisos para TV con mucho éxito y un estilo único.
Lamentablemente, como suele suceder, no tuvo nunca el reconocimiento local.
Sueño con un homenaje. Sería muy bien recibido”.
[6] Nicolás Tauro fue uno de los referentes del tango en la historia local.
Llegó a Bahía Blanca a sus 30 años de edad, en 1932, contratado para actuar en
La Central Muñiz, de O'Higgins y Chiclana. El contrato era por tres meses, pero
el músico se quedó para toda la vida. Ese mismo año formó su propia orquesta y
llegó a ser protagonista de la época de oro del tango bahiense.
Actuó en LU2 Radio Bahía Blanca y en cuanto baile
hubiese en la ciudad y la zona. Talentoso bandoneonista, "poseía ese
hechizo especial, esa magia difícil de definir, en la que juega la amplitud de
sentimientos. Pocos como él llegaban sin esfuerzo, casi sin quererlo, al
corazón del hombre sureño, con su bandoneón sobre las rodillas, logrando esa
comunicación tan especial que sólo los que lo escucharon alguna vez pueden
entender en su exacta significación", se dijo, en la crónica publicada en
1981.
En 1972, se le había brindado un "Show de
Estrellas" en el desaparecido Salón de los Deportes, en sus bodas de oro
con el tango. Actuaron Claudio Rolán, Justo Lista, Carlos Luna, Mario Duval y
Carlos del Solar, además de la típica de Edgardo Berrino, con las voces de
César Castro y Tomás Blanco.
Roberto Pieri, Alberto Lagos, Héctor Almagro, Miguel
Angel Lecube, Roberto Alsina y Carlos de Bahía (Raúl Ciccola) fueron sus
vocalistas. Como compositor, dejó páginas como el tango Entre copas y el vals
El cielo y nada más.
Falleció en agosto de 1981.
¡GRACIAS PIPO Y EUGENIO PERSIA!