Declaraciones Ciclo BB No Olvida

Declarando de Interés Municipal por el Honorable Concejo Deliberante de Bahía Blanca (Exp. HCD-160/2015 y HCD-226/2014)

Declarado de Interés Legislativo por la Honorable Cámara de Senadores de la Pcia. de Buenos Aires (Exp. F 94 2015 - 2016)

Declarado de Interés por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación (Exp. 1795-D-2015)

Declarado de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de la Nación (Exp. N°6614/2016)

viernes, 24 de marzo de 2017

Espectáculo musical en el Centenario del Tango Canción

El próximo mes de abril se cumplirán 100 años del registro fonográfico del considerado primer TANGO CANCIÓN en la voz de Carlos Gardel. Se trata del tango "Mi noche triste" de Pascual Contursi y Samuel Castriota. Para recordar aquel momento y celebrar el centenario de la poesía en ritmo de 2x4 el Ciclo Bahía Blanca No Olvida ofrecerá un espectáculo musical el sábado 08 en el Café Histórico (Av. Colón 602) desde las 21.30 hs. En el mismo se presentarán los cantantes Mariana Tinervia, Juan Carlos Deambrosi, Carlos Porsel y Guillermo Stemphelet.

Si bien existieron con anterioridad letras en algunos tangos, la aparición de “Mi noche triste” es reconocida como el nacimiento del tango canción: por primera vez un tango cuenta una historia acabada, con principio, desarrollo y final. Los tangos preexistentes con letra tenían una estructura muy simple y diferenteen ellos se relataba el perfil de algún personaje, en tono festivo la mayoría de las veces, como es el caso de “La morocha”, “Don Juan (Mozo guapo)”, “El porteñito”, etcétera.
En Buenos Aires, en el café El Protegido, de San Juan esquina Pasco, tocaba un trío conformado por Samuel Castriota en el piano, Antonio Gutman en el bandoneón y el violinista Atilio Lombardo. Durante ese año 1916, Castriota había estrenado un nuevo título: “Lita”, editado por Juan Balerio y dedicado al señor Nicolás Caprara.
En la otra orilla del Río de la Plata, en el cabaret Moulin Rouge de Montevideo, ubicado en los altos del Teatro Artigas, propiedad de Emilio Mattos, padre del compositor de “La cumparsita”, estaba Pascual Contursi cantando con su guitarra. El diario El Día del 22 de marzo de 1916, registra la siguiente noticia: «Tuvimos ocasión de oír al joven cantante criollo Pascual Contursi ofreciendo temas a pedido de la concurrencia, en su repertorio figuran la mayor parte de las canciones del dúo Gardel-Razzano e infinidad de títulos a los que ha puesto letras de su cosecha...» Unos días más tarde, el mismo medio destaca el éxito que obtuviera con la letra que le agregó al tango “El flete”, de Vicente Greco.
Contursi ya había comenzado a buscar melodías ajenas para que sus letras, con algunos retoques, encajaran en ellas. Uno de sus primeros intentos fue con el tema de Augusto Berto: “La biblioteca”, que por entonces también fuera conocido como “Son las doce y van cayendo”. Otros versos suyos encontraron la melodía adecuada en “La guitarrita”, de Arolas, rebautizado “Qué querés con esa cara”. También con “Champagne tango”, de Manuel Aróztegui y que dedicara al actor Florencio Parravicini, “El desalojo”, de Augusto Gentile, que con letra pasó a ser “Flor de fango”. Y de pronto ocurrió el milagro, la pegada, el campanazo, nuestro tango en cuestión.
El Dr. Luis Adolfo Sierra transmitió el testimonio de José María Contursi, hijo de Pascual: «Meses después del fallecimiento de mi padre, me encontré con Gardel en la confitería Las Violetas de Rivadavia y Medrano... y me dice: «¡Pobre tu viejo!, vos sabés que con él éramos amigos de la milonga. Hacía unos años que no lo veía a Pascual que se había encariñado con Montevideo, pero un día se apareció por aquí y me dijo, luego de pedirme la viola: —«Te voy a hacer escuchar un tango». Me sorprendió, ¿un tango? Dijo que era de un muchacho uruguayo que se lo pasó en el Royal. Me gustó tanto que lo aprendí enseguida. Lo canté ante mis amigos que se entusiasmaron, pero no me atrevía cantarlo en público, hasta que me largué con un poco de miedo en el Esmeralda (actual Teatro Maipo). Fue éxito y entonces me enteré que Pascual era el autor...»
La grabación para el sello Nacional-Odeon fue el 9 de abril de 1917. Con pocos días de diferencia, en ese mismo mes y año, la orquesta de Roberto Firpo grabó “Mi noche triste (Lita)” en forma instrumental (disco Odeon 574) y Francisco Canaro, el 6 de septiembre de 1918 registra con el mismo título, un vals con el siguiente agregado, «Sobre motivos del tango de Samuel Castriota».
Antes del estreno en Buenos Aires hubo un encontronazo entre los autores. Fue por el título “Lita” que se dejó a un lado de inmediato porque no tenía significación alguna. Contursi propuso “Percanta que me amuraste”, que de ningún modo aceptaba el atildado Castriota, la intervención de Gardel y Razzano zanjó el entuerto y propusieron el que finalmente quedó. Por alguna razón el autor registró su letra, en junio de 1917, sin aclarar si era un tango o simplemente un poema, con el título “Mal de ausencia”.
Cuando el disco ya estaba al alcance del público su repercusión no fue la esperada. Al poco tiempo se estaba ensayando una obrita teatral, de las que con suerte duraban un par de semanas en cartel. Su título: “Los dientes del perro”, sainete de José González Castillo y Alberto Weisbach, representado por la compañía Muiño-Alippi en el Teatro Buenos Aires. Los ensayos no convencían a Alippi. La obra constaba de dos cuadros, el primero transcurría íntegramente en un cabaret y faltaba algo para realzarlo. Entonces se le ocurrió incluir un tango. Gardel, cuando se entera le canta “Mi noche triste (Lita)” y renace el entusiasmo. Una de las actrices lo interpretó, fue Manolita Poli con el acompañamiento de la orquesta de Roberto Firpo. La repercusión fue notable. Buena parte del público concurrió más de una vez al teatro sólo para escuchar nuevamente la canción.
Cuando a partir de la revolución de 1943 se prohíbe el lenguaje lunfardo, con la pretensión que el pueblo se exprese con mayor corrección, todo el peso de la ridícula medida cae sobre la música ciudadana. Vale el ejemplo de “Mi noche triste (Lita)”, con los versos corregidos, en la grabación de Florindo Sassone con la voz de Jorge Casal.
La temática de “Mi noche triste” se repite en innumerables letras de tango; quizás se deba a que refleja la soledad del hombre de una ciudad sin mujeres. Buenos Aires estaba invadida por inmigrantes, en su gran mayoría varones, la escasez de mujeres obligaba a los hombres a dos únicas posibilidades de relacionamiento: el prostíbulo o el baile en un peringundín, pero siempre pagando por ello.

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