Declaraciones Ciclo BB No Olvida

Declarando de Interés Municipal por el Honorable Concejo Deliberante de Bahía Blanca (Exp. HCD-160/2015 y HCD-226/2014)

Declarado de Interés Legislativo por la Honorable Cámara de Senadores de la Pcia. de Buenos Aires (Exp. F 94 2015 - 2016)

Declarado de Interés por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación (Exp. 1795-D-2015)

Declarado de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de la Nación (Exp. N°6614/2016)

miércoles, 20 de enero de 2021

Gardel viaja con la promesa de VOLVER

Este mediodía, la escultura de Carlos Gardel emplazada en el microcentro bahiense, fue retirada de la vía pública para su reparación en Buenos Aires.

José Valle, Dir. del Ciclo Cultural Bahía Blanca No Olvida, junto a dos colaboradores de Transporte Sudamérica (empresa encargada del traslado de la misma) retiraron la figura del morocho que hace meses fue despojado de su cabeza en un acto de vandalismo.

Desde hace casi 10 años, la figura de Carlos Gardel es parte del paisaje urbano de la primera cuadra de calle O'Higgins, a pocos metros del histórico y centenario hotel Muñiz donde se alojara el cantor en ocasión de sus últimas actuaciones en nuestra ciudad.

A criterio del productor, José Valle, Bahía Blanca merecía contar con la presencia del zorzal criollo, figura ícono del tango, por ser cuna de grandes artistas del género como Juan Carlos Cobián, Carlos Di Sarli, Francisco Amor, Juan Carlos Marambio Catan, Augusto Pedro Berto y Roberto Achával, entre otros y por haber recibido a Carlos Gardel en al menos cuatro oportunidades. Integrando el dúo con José Razzano lo hizo en 1918 y 1924 en el Teatro Municipal y en el Palace Theatre (Brown 162); y como solista en 1930 y 1933, en la sala del Palacio del Cine (Chiclana 174). Existen versiones que lo ubican visitando la ciudad en otras dos ocasiones, aunque por razones ajenas a su calidad de artista.

El lugar escogido para el emplazamiento de la estatua fue la vereda del Hotel Muñiz, suponiendo que al ser céntrico, con cámaras a menos de 50 metros y con permanente presencia de personal a pocos metros, sería un lugar seguro para la figura del cantor.

Desafortunadamente, la integridad de la obra fue un gran problema, contándose hasta la fecha el hurto de sombrero en dos ocasiones, la mutilación de oreja, dedos, manos completas, quiebre de brazo y piernas, pintura y, últimamente, la desaparición completa de su cabeza sin que testigos ni cámaras impidieran los hechos.

El monumento a Carlos Gardel fue una de las primeras apuestas fuertes del productor José Valle en la ciudad, solventando su realización con apoyo de empresas y colaboradores, y encargándose de cada una de las reparaciones todas las veces que fue necesario.

Fue inaugurado el 24 de junio de 2011, con motivo de las II Jornadas Gardelianas de Bahía Blanca con presencias estelares: Alberto Podestá, Luis Filipelli, Eduardo Giorlandini, Juan Carlos Beltrán, autoridades municipales, artistas, empresarios y vecinos bahienses.

La idea de que los transeúntes pudieran fotografiarse junto a Gardel fue una acertada iniciativa ya que el zorzal apareció en perfiles de redes sociales (entre los que se cuenta hasta el mismísimo Joaquín Sabina retratado junto a la escultura), contratapas de diarios, notas de color debido a los afectuosos gestos de los vecinos que le colocaron cigarrillos, flores, pancartas con reclamos populares y hasta un gorro de navidad.

El escultor original de la obra fue Guido Llordi, residente en Lanús, Buenos Aires.
Las primeras reparaciones en fibra de vidrio fueron realizadas por colaboradores bahienses, la escultura regresó al Gran Buenos Aires para su reconstrucción previa al último acto vandálico y ahora volverá al conurbano.

Debido a la necesidad urgente de la restauración que el monumento precisa actualmente, en la que hay que rehacer completamente cabeza, rostro y sombrero a medida del cuerpo existente, se ha encargado el trabado a un delicado y experto artesano de la escultura, que aplica diferentes tipos de material, según la obra lo requiera. Esta tarea será posible gracias al apoyo desinteresado del Círculo Gardeliano Bahiense, empresas y particulares que quieren volver a ver a Gardel en Bahía Blanca.

La nueva ubicación geográfica del monumento aún no se ha definido, aunque será en un sitio del microcentro bahiense para el fácil acceso de los vecinos y turistas, considerando la seguridad del mismo para evitar nuevas destrucciones.

jueves, 7 de enero de 2021

Carlos Di Sarli, 118 años

Si se conjuga tango con talento, personalidad, ritmo, armonía y caballerosidad hay un nombre que puede vislumbrarse con gran claridad, y si a estas características agregamos “Bahía Blanca” sin duda es Carlos Di Sarli el único que puede corresponderse con tan acertadas y halagadoras características.

Cayetano Di Sarli nació un 7 de enero de 1903 en la bella ciudad de los vientos, Bahía Blanca, su padre fue Miguel, oriundo del sur de Italia, y su madre Serafina Russomano.

La familia tenía una armería en la calle San Martín 44 y vivían en una casa de la calle Buenos Aires 511 (hoy Yrigoyen). El pequeño Cayetano cursó sus estudios iniciales en el colegio Don Bosco y piano en el conservatorio Williams. En 1915 ya tocaba el piano en lo cines acompañando películas mudas y en una confitería de la ciudad de Santa Rosa, provincia de La Pampa, ambas propiedad de Mario Manara, connacional y amigo de su padre, lo que hizo durante unos dos años.

En 1919 regresó a Bahía Blanca y formó su primera orquesta con la que actuó en Bahía Blanca en el Café Express, ubicado en la esquina de Zelarrayán y Buenos Aires y en el Café Moka, de O´Higgins 50. También hicieron giras por La Pampa, Córdoba, Mendoza, San Juan y Salta. Finalmente, en 1923 se trasladó con su hermano Roque a vivir a Buenos Aires, en esta ciudad cambió su nombre en el registro Civil y pasó a ser Carlos. Antes de constituir su primera agrupación trabajó con el violinista Juan Pedro Castillo, con el trío de Alejandro Scarpino y tuvo un paso fugaz por la orquesta de su admirado Osvaldo Fresedo. Juan "Pacho" Maglio y José María Rizzutti grabaron su primera composición “Meditación” (que escribió en 1919).

Muy amigo de Enrique Santos Discépolo, lo ayudó a componer la música de algunas de sus letras. “Soy un arlequín” lo estrenó Tania en el Folies Bergere y el invitado de gala fue Di Sarli en homenaje y agradecimiento por el asesoramiento brindado a su amigo. Entre 1927 y 1928 constituyó su primer sexteto. Los cantores Santiago Devin, Ernesto Famá y Fernando Díaz acompañaron a esta formación en grabaciones y actuaciones radiales. Entre el 26 de noviembre de 1928 y el 14 de agosto de 1931 registró 48 temas, que incluyeron los tangos “T.B.C.” de Edgardo Donato, “Maldita” de Antonio Rodio y Celedonio Flores, “La guitarrita” y “Una noche de garufa”, ambos de Eduardo Arolas. En 1932 se incorporó el cantor Antonio Rodríguez Lesende, el célebre Gallego. En 1934 Di Sarli se radicó en Rosario, provincia de Santa Fe, donde integró un pequeño conjunto con el conocido bandoneonista Juan Cambareri, el violinista Alberto Saikievich y el cantor Roberto Pieri.

A fines de 1938 Di Sarli comenzó a gestar su gran orquesta que el 1 de enero de 1939 debutó en Radio El Mundo. La integraban los violinistas Roberto Guisado, Ángel Goicoechea y Adolfo Pérez; los bandoneonistas Roberto Gianitelli, Domingo Sánchez y Alberto Mititieri, el contrabajista Domingo Capurro y el cantor Ignacio Murillo, luego reemplazado por Roberto Rufino que en ese momento tenía 16 años. Con esta formación, el 11 de diciembre de 1939 grabó para Víctor los tangos “Corazón” (de su autoría, con letra de Héctor Marcó) cantado por Roberto Rufino, y “Retirao”, de Carlos Posadas.

Los cantores de la orquesta fueron el ya mencionado Roberto Rufino, Antonio Rodríguez Lesende, Agustín Volpe, Carlos Acuña, Alberto Podestá, Osvaldo Cabrera, Jorge Durán, Raúl Rosales, Osvaldo Cordó, Oscar Serpa, Mario Pomar, Argentino Ledesma, Rodolfo Galé, Roberto Florio y Horacio Casares.

De su obra se destacan sin duda, “Milonguero viejo” (dedicado a Fresedo), “Bahía Blanca”, “Nido gaucho”, “Porteño y bailarín”, “Verdemar”, “De qué podemos hablar” y “Otra vez carnaval”, auténticas joyas del género.

Di Sarli fue amigo del gran Juan Carlos Cobián, con quien compartía recíproca admiración. Tuve la oportunidad de tratar y trabajar con muchísima gente que conoció y trabajó con el maestro, como Roberto Rufino, Alberto Podestá, Argentino Ledesma, Horacio Casares, Leopoldo Federico, Federico Scorticati, José Libertella, Julián Plaza, Roberto Chocho Florio, Carlos Acuña, Tania, Enrique Cadícamo y todos, además de destacar sus cualidades como músico, resaltaban la calidad humana, de gente de bien del maestro; un verdadero hombre de honor.

En una ocasión, Antonio Carrizo me relató en el restaurante “La Cátedra”, que era propiedad de su hijo -Cerviño 4699, Palermo- que cuando tenía apenas 22 años, presentó a la orquesta de Carlos Di Sarli en LR1 Radio El Mundo desde el estudio “A” del edificio de Maipú 555 (hoy Radio Nacional) con capacidad para quinientas personas. Al terminar el espectáculo, cuando Carrizo se retiraba, el portero -apodado el “gallego” Giménez- lo llamóa y le dio un sobre con 200 pesos que le había dejado el maestro DiSarli (era un buen dinero en esa época) y una nota que decía “Para que le compre algo a su nena”.

Aníbal Troilo sentía gran admiración y afecto por Carlos Di Sarli, es más, describía el sonido de la orquesta de Di Sarli y “esas cosas distintas que hacía con sus manos mágicas en el piano” como: “Una especie de campanitas melodiosas que te iluminan. Te dan ganas de bailar”, e iba con Zita al Marabú para caminar la pista.

El maestro Alberto Podestá en muchas oportunidades me dijo: “Por algo a Di Sarli lo llamaban El señor del tango, era un caballero, un gran maestro en todo sentido. Me enseñó muchísimo. Era muy severo, me insistía por ejemplo que no gritara, que fuera cuidadoso con el tratamiento de mi voz. Me decía: Cantá con el interés. El maestro me puso mi nombre artístico, Alberto Podestá, reemplazando al que utilizaba hasta ese entonces, Juan Carlos Morel. La gente lo amaba. En los carnavales llenaba que daba calambre”.

La última actuación de Carlos Di Sarli fue el domingo 9 de marzo de 1959 en el Club Podestá de Lanús. Se fue a los 57 años,el 12 de enero de 1960 en Olivos (provincia de Buenos Aires). 

domingo, 3 de enero de 2021

Falleció la viuda de Don Carlos Di Sarli

El sábado 2 de enero en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los 100 años de edad, falleció Maria Amelia Gómez de Di Sarli, la esposa del genial pianista bahiense Carlos Di Sarli. Doña Amelia sobrevivió más de 60 años al Señor del Tango, con quien tuvo dos hijas: Dora y Cristina.


Carlos Di Sarli nació el 7 de enero de 1903 en Bahía Blanca. Fue director de orquesta, compositor y pianista. Muy amigo de Enrique Santos Discépolo, lo ayudó a componer la música de algunas de sus letras. “Soy un arlequín” lo estrena Tania en el Folies Bergere y el invitado de gala es Di Sarli, en homenaje y agradecimiento por el asesoramiento brindado a su amigo. 

Entre 1927 y 1928 constituye su primer sexteto. A fines de 1938, Di Sarli comienza a gestar su gran orquesta que el 1 de enero de 1939 debuta en Radio El Mundo. Con esta formación, el 11 de diciembre de 1939 graba para Víctor los tangos “Corazón” (de su autoría, con letra de Héctor Marcó) cantado por Roberto Rufino y “Retirao” de Carlos Posadas.  Los cantores de la orquesta fueron el ya mencionado Roberto Rufino, Antonio Rodríguez Lesende, Agustín Volpe, Carlos Acuña, Alberto Podestá, Osvaldo Cabrera, Jorge Durán, Raúl Rosales, Osvaldo Cordó, Oscar Serpa, Mario Pomar, Argentino Ledesma, Rodolfo Galé, Roberto Florio y Horacio Casares.

De su obra se destacan sin duda, “Milonguero viejo” (dedicado a Fresedo), “Bahía Blanca”, “Nido gaucho”, “Porteño y bailarín”, “Verdemar”, “De qué podemos hablar” y “Otra vez carnaval”, auténticas joyas del género.